Bachiller - ex estudiante de Colegio Hebrón

Estudié mis primeros años en un colegio de mi ciudad, pero en mi corazón había un anhelo por conocer al Señor. Sin embargo, no podía acercarme a Él porque estaba siendo atrapado por la corriente de mis compañeros y el sistema de este mundo. Para el fin del tercer año lectivo el Pastor anunció que se abriría Colegio Hebrón en Ecuador; yo hablé con mis padres que quería cambiarme a este colegio. Ellos me dijeron que sentían lo mismo, y así empezamos mi hermano y yo a estudiar en casa.

Al principio como cualquier cosa que se empieza no nos fue fácil, pero el Señor nos dio la gracia y pudimos avanzar. Una de las materias que se convirtió en mi favorita desde el principio fue la de Biblia; en ese año me tocó estudiar acerca de la Vida de Cristo y me sorprendía ir conociendo a Cristo de una manera diferente. Los meses pasaron, pero yo sabía que algo me faltaba. Hacia el fin de ese año lectivo empecé a estudiar acerca de la salvación; yo no sabía que eso era lo que me faltaba. Entonces empecé a clamar al Señor diariamente y un día Él me encontró y me salvó, y ahora puedo decir que soy salvo por la gracia y misericordia del Señor Jesús.

Lo que el estudiar en casa hizo en mí, y está haciendo en otros jóvenes y niños, es guardar nuestros corazones para que podamos conocer al Señor y ser salvos.

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